Empresas en Cuautla se niegan a contratar personas con discapacidad física

Empresas en Cuautla se niegan a contratar personas con discapacidad física

Pese a cumplir con requisitos para la vacante, no son contratados por alguna discapacidad de presentan.

Por Andrés Salas

Cuautla, Morelos; 29 de mayo 2025 – En las calles de Cuautla, entre el bullicio cotidiano y la búsqueda de oportunidades, existe una realidad silente y profundamente injusta que afecta a un sector vulnerable de nuestra población: la discriminación laboral contra personas con discapacidad física. Un problema que, lejos de ser un mero obstáculo, se convierte en un muro infranqueable para aquellos que, a pesar de su preparación profesional y sus conocimientos, son relegados al olvido por haber sufrido la pérdida de una extremidad a consecuencia de algún accidente.

Es desgarrador escuchar testimonios de cuautlenses que, tras años de formación académica y experiencia profesional, se encuentran con la puerta cerrada en empresas de nuestra localidad. ¿La razón? Su discapacidad física. Una pierna, un brazo, o cualquier otra extremidad perdida, se convierte en un estigma inmerecido que pesa más que un currículum impecable, más que la pasión por su profesión, más que la capacidad innata para contribuir al desarrollo de nuestra comunidad.

Esta situación no solo es un acto de inhumanidad, sino una clara violación a los derechos fundamentales de las personas. La discriminación laboral no solo les niega un sustento digno, sino que mina su autoestima, su sentido de pertenencia y su derecho a participar plenamente en la vida económica y social de Cuautla. ¿Acaso la valía de una persona se mide por su integridad física y no por su intelecto, su experiencia y su compromiso? La respuesta debería ser un rotundo no, pero la realidad en el ámbito laboral cuautlense dista mucho de esa convicción.

Es aquí donde las autoridades tienen una responsabilidad ineludible.

La Ley para Prevenir y Erradicar la Discriminación en el Estado de Morelos no debe ser un mero documento en papel, sino una herramienta viva y efectiva que garantice la igualdad de oportunidades para todos. Es urgente que se aplique con rigor, sancionando a aquellas empresas que persisten en prácticas discriminatorias y sentando precedentes que disuadan futuras acciones de exclusión.

Pero la aplicación de la ley es solo el primer paso. Se requieren acciones afirmativas concretas y decididas. Las autoridades municipales y estatales, en colaboración con el sector empresarial, deben impulsar programas de inclusión laboral que no solo fomenten la contratación de personas con discapacidad, sino que también eliminen las barreras arquitectónicas y culturales que aún persisten en los centros de trabajo. Capacitaciones sobre inclusión y diversidad para el personal de recursos humanos, incentivos fiscales para las empresas que contraten a personas con discapacidad, y campañas de sensibilización que combatan los prejuicios y estereotipos arraigados, son solo algunas de las medidas que pueden marcar una diferencia.

Es tiempo de que Cuautla demuestre que es una ciudad inclusiva, donde el talento no tiene barreras físicas. Las personas con discapacidad física no buscan caridad, buscan oportunidades. Buscan un trabajo digno que les permita desarrollar sus capacidades, contribuir a la sociedad y vivir con plenitud. Negarles esa oportunidad es negar el potencial de nuestra propia comunidad. Es hora de que el talento ignorado de Cuautla encuentre el reconocimiento y el lugar que merece.